Personajes de Diablo II & Diablo II: Lord of destruction Archivos, trainers, items, etc de Diablo II Armaduras corrientes, únicas y mágicas de Diablo II Enemigos de Diablo II & Diablo II: Lord of Destruction
Características y combinaciones del cubo Horádrico Todos los Sets de Diablo II Todas las gemas y calaveras de Diablo II en todos sus estados Gifs de los personajes y enemigos en Diablo II Algunas fotos de Diablo II: Lord of Destruction Algunos Mods para Diablo II
Compra objetos y versiones de Diablo II & Diablo II: Lord of Destruction Trucos y detalles para Diablo II & Diablo II: Lord of Destruction Varias descargas de las aplicaciones más famosas para Diablo II Todas las armas: Normales, únicas y mágicas de Diablo II Algunos consejos para matar a Diablo

Un guerrero implacable y un hombre religioso, el paladín posee un gran poder en el manejo de las auras, las cuales conceden poderes ofensivos o defensivos, dependiendo del tipo de aura. Esta clase de personaje es difícil de crear, y si no planificas bien su desarrollo, puede acabar muerto más tiempo que vivo. Para empezar, los puntos de atributo tienen que ir destinados, básicamente, a Fuerza, Vitalidad y Energía. La Destreza apenas vas a necesitar más de la que ya aumenta automáticamente. Con el Paladín podemos encontrar varias estrategias que pueden resultar muy útiles si sabes utilizarlas en el momento adecuado. La mayoría de ellas son combinaciones de habilidades de diferentes ramas, y es que con el Paladín no es tan importante centrarse en una única rama del árbol de habilidades. Utilizaremos auras ofensivas, defensivas y habilidades de combate mezcladas para lograr unos efectos más devastadores sobre nuestros enemigos. También decir que las auras son muy útiles, pero que sobre todo tienen utilidad en el juego multijugador, para curar a nuestros compañeros, ayudarles a vencer o deshacernos de enemigos rápidamente, incluso poniéndoles de nuestro lado.


Todo lo que un paladín debe tener

Ser paladín es un trabajo difícil, pero como en todas las ocasiones, existen maneras de facilitar nuestra labor. Aquí te mostraremos algunas de ellas, para que tu Guerra Santa llegue a buen puerto. Para empezar, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta diariamente un paladín es el hecho de recibir daño en combate y tener después que curarse. Por supuesto, lo normal sería ir cargado de pociones curativas o de rejuvenecimiento para curar las heridas del campo de batalla. Sin embargo, una vez has alcanzado el nivel necesario, podrás vender todas esas pociones, así como todas las de maná, para poder dar rienda suelta al uso de Redención. Con ella, tu salud y tu maná se irá restaurando poco a poco, tomando todo lo necesario de los cadáveres enemigos. Para poder disfrutar de muy buenos resultados con este aura, tampoco es necesario destinarle excesivos puntos de habilidad, con uno o dos será suficiente.

De todos modos, si tu paladín está destinado a alcanzar niveles desorbitados, superiores a 50, entonces sí sería buen momento para destinar otros dos o tres puntos al aura. Aunque también es posible evitar el tener que utilizar Redención, simplemente evitando resultar heridos. Es una tarea difícil y próxima al imposible, pero algunas habilidades, en concreto Escudo Sagrado y Golpe siempre ayudan a lograr el objetivo. Para empezar, se da por supuesto que vas equipado con un escudo. De lo contrario, ambas Habilidades son inútiles. Con Escudo Sagrado, todas las estadísticas de tu escudo aumentarán, haciendo que la defensa sea mucho más eficaz. Es una habilidad prácticamente imprescindible cuando te enfrentas cuerpo a cuerpo a los enemigos, de modo que no pierdas la oportunidad de desarrollarla. Golpe es más bien una Habilidad ofensiva, pero es igualmente útil. Cuando ejecutas Golpe, tu personaje saldrá corriendo hacia el objetivo que tú escojas y le asestará un golpe con el escudo. Es muy posible que tu oponente quede algo desorientado tras golpearle, por lo que podrás aprovechar esos momentos de despiste para asestarle un golpe letal con tu arma. Finalmente, hay un aura que se hace muy necesaria a medida que avancemos. Ese aura es Concentración, gracias a la cual el paladín asestará exitosamente más golpes, sin que éstos puedan ser detenidos. Es una habilidad que sería muy recomendable que desarrollases.

Una estrategia de aproximación al Nigromante

El Paladín, por muy diferente que parezca, puede llegar a asemejarse al Nigromante, aunque solo sea en un par de Habilidades. Y ese intento de emulación es lo que nos va a servir para describir la primera estrategia que podemos utilizar si somos paladines. Para empezar, el aura que más debes potenciar es Espinas. Gracias a este aura, cualquier enemigo que nos ataque resultará herido por su propio ataque. En otras palabras, es prácticamente lo mismo que Doncella de Hierro del Nigromante. Con Espinas, los enemigos que combaten cuerpo a cuerpo no resultarán ningún inconveniente, pero ya sí los que utilizan armas arrojadizas, como flechas, lanzas o pociones.

Cuando nos enfrentemos a ambos tipos de enemigos juntos (de refriega y a distancia), lo que habremos de hacer es invocar Espinas y lanzarnos al ataque de los que atacan desde lejos. Así, mientras nosotros vamos eliminando a los enemigos que utilizan armas arrojadizas, las Espinas hará que los enemigos que combaten en refriega se vayan matando ellos mismos. Otro problema lo encontramos cuando los enemigos a los que nos enfrentamos son únicamente luchadores a distancia. En ese caso, lo que tenemos que hacer es combinar nuestros ataques con Ola de Frío Sagrada, otro aura ofensiva que hará que los enemigos se vean ralentizados por el frío, lo que nos permitirá atacarles desde una posición más cómoda. Por supuesto, para todos los combates en los que actuemos activamente, será importante que aprendamos a utilizar Concentración. Después, si continuamos con nuestra estrategia de emulación del Nigromante, podemos encontrar otra habilidad que se parece enormemente a Resurrección (o a Atracción, depende de cómo se quiera ver) del Nigromante. En esta ocasión, estamos hablando de Conversión. Con esta habilidad podremos convertir a los monstruos enemigos para que luchen de nuestro lado, al menos durante un tiempo limitado, el cual irá aumentando a medida que subamos el nivel de esta habilidad. Esta habilidad será muy útil, sobre todo, en los últimos compases del juego, cuando tengamos que enfrentarnos a los Males Fundamentales: Mephisto, Diablo y Baal.

Una buena técnica a la hora de manejar esta estrategia sería convertir unos cuantos enemigos a tu causa y después activar Espinas. Gracias a ello, los enemigos que ataquen a sus antiguos compañeros resultarán heridos mientras luchan entre sí. Es algo así como combinar Atracción y Doncella de Hierro con el Nigromante. Existen también otras auras que se parecen a algunas maldiciones del Nigromante, pero no tienen tanto valor como las dos habilidades que acabamos de mencionar. En esa lista tenemos, por ejemplo, Santuario o Convicción. Finalmente, ya alejándonos de la emulación del Nigromante, encontramos en el paladín dos auras a las que sería recomendable dar uso antes de alcanzar Redención. Estas dos auras son Plegaria y Meditación. E incluso aún cuando tengamos Redención en un nivel bajo, ambas auras pueden salvarte la vida más de una vez.


El Martillo Bendito y otros instrumentos de Salvación

Una de las mejores bazas del repertorio del Paladín es el Martillo Bendito. Una vez alcances el nivel 18 y obtengas su control, te preguntarás cómo habías podido llegar hasta ahí sin utilizarlo. Sin embargo, una reacción muy común las primeras veces que se utiliza el Martillo Bendito es la risa ¿por qué? Porque resulta divertido ver un martillo volante dando vueltas por el escenario. De todos modos, cuando compruebes el poder que esta habilidad encierra, ya no reirás tanto, sino que lo considerarás imprescindible. Para empezar, los muertos vivientes reciben un daño adicional. Después, hay que decir que si ya esta habilidad es poderosa de por sí, gana muchos enteros si la combinamos con otras habilidades, entre ellas el aura Concentración. Ambas habilidades combinadas podrán eliminar a cualquier tipo de enemigo, porque mezclamos el poder del Martillo con la dificultad de bloquearlo por parte de los enemigos, además de añadir una gran cantidad de daño al Martillo. Pos supuesto, necesitaremos tener un buen nivel de experiencia para asignar muchos puntos de habilidad a estas dos habilidades.

Pero un Paladín no puede vivir únicamente del Martillo Bendito y la Concentración, aún cuando estas dos habilidades se unen para hacer una combinación mortífera, entre otras razones, porque suele ocurrir que hay enemigos que son capaces de esquivar el martillo y avanzar hacia ti. Si esto te llega a ocurrir, se te pueden plantear dos soluciones. La primera es enfrentarte al monstruo cara a cara, ya que gracia a Concentración tu puntuación de ataque habrá aumentado considerablemente, y la otra es tratar de escapar para después volver a intentar lanzarle un Martillo Bendecido. Y si escoges la segunda opción, la mejor habilidad del Paladín para ello es Vigor, gracias al cual prácticamente volarás de una punta a otra del escenario. En cambio, si eliges enfrentarte a tu enemigo cara a cara, las habilidades de Escudo Sagrado y Redención te vendrán de perlas para evitar ser dañado y reponerte si eso llegase a ocurrir.